En el seminario “Los anormales” de M. Foucault encontramos un cruce entre sexualidad y política. Por ejemplo, en el siglo XVII y XVIII el contagio histérico toma la forma de una resistencia colectiva frente a los nuevos aparatos racionales del Estado moderno. En el siglo XIX y XX, la histérica viene a interrogar esa unidad del individuo que se presenta para el positivismo como equivalente a una unidad biológica.
El psicoanálisis es síntoma de nuestro tiempo. Un discurso valioso que se puede comparar con la huella de un cincel en lo real del sujeto. Es un discurso reglado para que tenga consecuencias. Si se desplaza la cinceladura a alguna parte, las relaciones cambian, de modo que lo que no se veía antes se ve después.
Al síntoma neurótico lo ubicamos dentro de una economía de goce que tiene su correlato en el campo social. Es Freud quien sostiene que el síntoma es un modo de no renunciar a la satisfacción directa, un modo de resistir al fenómeno de masa. No debemos descuidar la dimensión política del goce, el modo en que el goce funciona como factor político.
El síntoma histérico cuestiona los fundamentos del pensamiento de la época y surge como fenómeno social. El descubrimiento del inconsciente va a descentrar el eje en donde está asentado el Estado moderno y pone en cuestión sus ideales.
La categoría de “lo normal” de fines del siglo XIX, se sostiene en una perspectiva homogenizadora que para consolidarse requiere de la segregación. Lacan denuncia el espejismo del “Estado universal homogéneo”, su mentira.
La clínica psicoanalítica implica una política que se encuentra estrechamente vinculada a la definición de sexualidad que hace el psicoanálisis. Recordemos la conferencia que Freud tituló “Sexualidad humana” para diferenciarla del sexo biológico.
“Y lo que está al alcance de la mano es que la sexualidad agujerea la verdad. La sexualidad es justamente el terreno, si puedo decirlo así, en que no se sabe con qué pie bailar a propósito de lo que es verdad. Y respecto de la relación sexual siempre se plantea la cuestión de lo que verdaderamente se hace, no diré cuando se le dice a alguien un “te amo”, porque todo el mundo sabe que es una declaración tramposa, sino cuando se tiene con ese alguien un lazo sexual, cuando la cosa tiene una continuación, cuando asume la forma de lo que se llama un acto.” Jacques Lacan
Sexualidad y política son propiamente humanas, atravesadas por el significante. Sólo en el ser humano podemos situar tanto una como otra. Sexualidad y política se constituyen como tales bajo la dimensión del acto. Frente a una deliberación infinita el psicoanálisis propone la clínica del acto.
El analista está en el lugar de lo que se representaba en la escena trágica, no hace sino ubicarse en el lugar del actor, en la medida en que basta un actor para sostener la escena. Esto da su sentido al acto psicoanalítico. La producción del analista que opera tanto en el ámbito de la clínica psicoanalítica tradicional co mo en diversos espacios de la numerosidad social apunta a abrir la encerrona trágica a la circulación dramática. Poner a circular como palabra lo que sólo se padece sin saberlo, como muda repetición. El análisis apunta a producir en el sujeto que habla un saber no sabido.
Recurriremos a poetas entregados a esa oscura incapacidad de nombrar que aqueja a la palabra y que hacen de la metáfora su vía regia. Haremos lectura de obras dramatúrgicas como “Vagones transportan humo” de Alejandro Urdapilleta y “Triste golondrina macho” de Manuel Puig en el espacio dedicado al laboratorio de obras.
El seminario es abierto a la comunidad. Se dirige a los interesados en el psicoanálisis y a todos aquellos cuya tarea se encuentra vinculada con la palabra y la salud mental. Se cursa los días jueves (18 o 19 hs, horario a confirmar) en la Universidad Nacional de La Matanza - Florencio Varela 1903 - San Justo.
Se encuentra coordinado por los psicoanalistas Juan Eugenio Rodríguez y Eleonora D’Alvia. La actividad está organizada por el Departamento de Actividades Socioculturales de la Secretaría de Extensión Universitaria de la UNLaM.
Para más info:
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