Gozando como una mujer
El poeta se vale de su deseo y produce la obra poética, creando satisfacción en su recorrido. La poesía habla de lo que sucede y también de lo antiguo.
La poesía es lo nuevo, y lo nuevo siempre. Por su sola presencia transforma la realidad, algo que antes no formaba parte del imaginario social ahora se le incorpora.
En la palabra se juega la energía libidinal. Si se transforma la frase, se transforma la realidad que nombra la frase. La eficacia simbólica del jugar propicia las condiciones para la creación.
El jugar se hace un cuerpo y conquista un lugar. Las operaciones simbólicas, cualesquiera sean, se hacen jugando. Algo puede ser usado positivamente por el sujeto si se lo ofrecemos de manera tal que le permite inventarlo, crearlo él.
La poesía se dirige a la superación de la repugnancia relacionada con las barreras que se alzan entre cada yo y los demás, el verdadero arte.
Exiliados de nosotros mismos buscamos nuestra existencia en algún lugar y el poeta con su voz hace surgir el silencio, un silencio que nos permite escuchar.
Gozando como una mujer, dejándome llevar, escribo de lo que nadie sabe. Soy Ello, capaz de engendrar lo que circula. No soy idéntico ni siquiera a mí mismo.
JUAN EUGENIO RODRÍGUEZ
El goce y la palabra
El sujeto del inconsciente dice más de lo que quiere decir porque ama la verdad. La verdad causa del deseo. Esta dimensión produce goce. Ahí en el goce, la conquista de ese saber se vuelve a producir cada vez que se ejerce. Sólo por repetición se produce saber. Repetición que nunca produce el mismo ser de saber.
El goce del ejercicio de ese saber es el mismo que el de su adquisición. Es un valor exclusivamente de uso. No se intercambia. Cae.
El amor es signo de un sujeto. El psicoanálisis descubre que es al padre a quien fundamentalmente se ama. Aquel que como función, hace lugar al sujeto a partir de la transmisión de la castración. Dejar de pensarse en relación al cuerpo de la madre para estar en relación al mundo.
La mujer en tanto lo propio de su goce, como la verdad, no existe como tal, sino en acto, es una evanescencia, un acontecimiento irrepetible. Y como tal no se puede universalizar. Sobre esa posición no se puede generalizar, sólo singularizarla, escribirla. Poesía.
ELEONORA D'ALVIA
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