miércoles, 5 de diciembre de 2012


Producción de subjetividad y salud mental
por Juan Eugenio Rodríguez

Intento demostrar en este escrito la estrecha vinculación entre salud mental y producción de subjetividad. Las vías de producción de subjetividad conducen a revitalizar los lazos sociales profundamente dañados por la mortificación. La poesía y el psicoanálisis como procederes críticos favorecen la producción de subjetividad.
Cuando se trabaja en el campo de la salud mental, estamos trabajando por el restablecimiento de comunidades o de sujetos que han perdido precisamente sus derechos, ya sea por una represión social y política o por su propia estructuración psíquica. La cultura de las neurosis actuales  al barrer con el erotismo favorece la toxicidad y promueve una sociedad anónima donde el consumo es el anestésico. En tiempos de franca hegemonía de la técnica no hay lugar para la castración.
La importancia que el concepto de castración tiene para el psicoanálisis llega hasta su función de nudo. Nudo que es responsable de la constitución del sujeto del deseo inconsciente irreductible a la conciencia. Considero ésta una cuestión conceptual fundamental para la clínica psicoanalítica.
El padecimiento resignado hace que resulte difícil poder implementar una movilización que rompa esa cristalización que representa la resignación. Sin embargo, ubicar a la cultura de la mortificación en la causa de la enfermedad resultará decisivo.
Tomaré algunas ideas de la definición que hace Freud de cultura en el “El porvenir de una ilusión” del año 1927 (especialmente en los dos primeros capítulos)  que resultan pertinentes para pensar el concepto de cultura de la mortificación.
La cultura humana abarca todo el saber y poder-hacer que los hombres han adquirido para obtener los bienes necesarios y por otro lado, las normas que regulan los vínculos entre los hombres y especialmente en lo que se refiere a la distribución de los bienes.
El acento está puesto en la satisfacción de las necesidades proporcionada por los bienes: su producción, conservación y distribución.
Las prohibiciones a las satisfacciones pulsionales más antiguas hicieron al desasimiento del estado animal primordial y el advenimiento del estado cultural.
La hostilidad a la cultura representa el núcleo de la cultura de la mortificación y señala la disposición universal a la crueldad.
Freud no estaba dispuesto a  tomar una posición renegadora frente a esta cuestión y  advierte que los seres humanos debemos reconocer tendencias destructivas, antisociales y anticulturales. La cuestión fundamental es qué hacemos con esa disposición y agrega que “… todo individuo es virtualmente un enemigo de la cultura, que, empero, está destinada a ser un interés humano universal.”

Artículo completo >>

No hay comentarios:

  www.fuegos-delsur.com.ar Los invitamos a visitar el sitio.